El ajedrez corresponde a un tipo de juego de mesa con una larga y agitada historia, desde los más antiguos tiempos hasta el actual marco de información casi instantánea, debido al auge de las comunicaciones en línea, ocupando un lugar privilegiado en la cultura de las grandes civilizaciones tanto orientales como occidentales.

Pero, ¿qué representa el ajedrez para quién lo practica en forma constante? Ante esta pregunta, muy habitual, cada persona da respuestas tan variadas como sus diferentes niveles de conocimiento.

A menudo se comprueba que cuanto más fuerte es el jugador y cuanto mayor es su dedicación al estudio del juego, más difícil le resulta responder a una pregunta en apariencia simple. Una interesante respuesta es que el ajedrez se trata de un juego en el fondo y de un deporte en la forma.

Como docentes, el ajedrez se presenta como una interesante herramienta pedagógica, que permite promover habilidades cognitivas. Al respecto, el periodista español, Leontxo García, especialista en ajedrez, nos dice: “en menos de 20 años la gran mayoría de los niños que están en nuestras aulas van a ejercer profesiones que todavía no existen, utilizando tecnología que aún no se ha inventado, para resolver problemas que aún no se han producido, es decir, deberán acostumbrarse a vivir en un mundo en cambio constante, casi vertiginoso”.

El ajedrez proporciona a nuestros estudiantes formación del pensamiento flexible, adaptación constante y rápida a los cambios, aprenden a tomar decisiones precisas y meditadas y, lo más importante, saber perder con templanza y ganar con humildad. Como juego estratégico proporciona un excelente medio para cultivar la habilidad reflexiva y potenciar la toma de decisión, que en el ajedrez se debe realizar jugada tras jugada.

La práctica constante y guiada de esta disciplina deportiva, aporta un gradual desarrollo cognitivo, logrando el control y dominio del espacio representado por el conocimiento de columnas abiertas, filas protegidas y diagonales en fianchetto en el tablero de 64 casillas. No menos importante, el dominio del tiempo, que se logra a través de respetar turnos, aprovechar de realizar el movimiento preciso y no realizar movidas innecesarias que no aportan a la búsqueda del anhelado jaque mate.

Estudios realizados en Europa durante la última década, indican que el ajedrez permitiría mejorar los índices de desempeño de las habilidades espaciales y de pensamiento lógico, y mejorar la comprensión lectora, basado en la capacidad del ajedrez de desarrollar el reconocimiento de patrones simbólicos, mediante posiciones y piezas del juego.

El gran maestro polaco de ajedrez Xavier TartaKower, ha formulado la más bella definición de un jugador de ajedrez: “Quien asume riesgos puede perder; pero quien no los asume, pierde siempre”.

 

Ricardo Ruiz
Profesor de Educación Media en Matemática
rruiz@inmacthno.cl