“¡Junta queremos”!
La historia de Chile, como Estado y nación, se inicia con un hecho que ocurre fuera de nuestro continente. Para ello debemos viajar a Europa, en 1808, cuando el emperador francés Napoleón Bonaparte invade España y captura al rey Fernando VII, dejando en su lugar a su hermano, José Bonaparte.
La reacción inmediata de la población chilena a las noticias desde Madrid fue primeramente la lealtad hacia el monarca, pero con el pasar del tiempo se identificaron dos grupos: por un lado, los realistas, leales al rey; y, por otro, los patriotas, quienes, reconociendo lealtad al monarca, creían que el poder volvía al pueblo, que debía organizarse en un gobierno autónomo.
Así, el militar de más alta graduación de ese momento, el gobernador Mateo de Toro y Zambrano, invitó a todos los vecinos de Santiago el martes 18 de septiembre de 1810 a las 9 de la mañana en un cabildo abierto a realizarse en el edificio del Real Tribunal del Consulado, donde 400 vecinos, la mayoría de ellos criollos, decidirían sobre el futuro político del país. Así fue que el abogado y político José Miguel Infante se manifestó con la creación de una Junta de Gobierno autónoma, a lo que la mayoría de los asistentes del cabildo exclamaron: “¡Junta queremos, Junta queremos!”.
A las 3 de la tarde de ese día de 1810 terminó la asamblea con la creación de la primera Junta provisional de gobierno. Se iniciaba así el primer episodio del proceso de independencia que concluiría ocho años después, con la final autonomía de gobierno de nuestro querido y hermoso país.
Por: José Eduardo Moya
Profesor de Historia, Geografía y Ciencias Sociales
jmoya@inmacthno.cl